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APOLOGIA
Por: Profesor Fabio Vargas Ospina
18 agosto 2012

Ser educador es una disciplina que requiere una ingente dosis de autocontrol emocional tanto físico como psíquico para luchar contra la ingratitud, el sedentarismo, la rutina, la mala crítica, la persecución, la indiferencia y tantos otros avatares que atosigan su labor sin impedimentarla. Estando fuera como lo estoy ahora se aprecia con precisión las presiones a que se ve expuesto el desempeño del educador. Profesión que, pese a ser el pilar para el crecimiento de los pueblos, no deja de ser, sin embargo, las más irreconocida e ingrata, y hasta mirada de soslayo por quienes habiendo pasado por una aula solo muestran prepotencia o indiferencia. Nadie pudo llegar lejos si no fue gracias a las orientaciones de un humilde formador que le guió la mano en el trazo de los signos y en la aprehensión de los primeros conceptos; que lo guió por el sendero de los conocimientos básicos, los valores, la ética, y lo ayudó , mediante la aproximación afectiva y el reconocimiento y la psicología, a superar la frustración y el fracaso, que lo guió hacia el descubrimiento, la discusión y la autocrítica. 

Hoy más que nunca y más que nadie reconozco el valor quijotesco de quienes armados de comprensión, tolerancia y sabiduría ejercen la difícil labor de la educación, a veces sin tiempo para sí mismos, para su familia o sus intereses, además de ello mal remunerado. Sin embargo la "mala paga" no constituye óbice en la continuidad del ejercicio, de su apostolado. El día que el educador sea lo suficientemente estimulado obtendremos la calidad que unos cuantos autosuficientes emparapetados detrás de sus pupitres en la frialdad de sus frías y estresantes oficinas, a pasos de quelonio tratan de resolver los intríngulis de la provincia y para lavarse las manos descargan con indiferencia la responsabilidad en las bases para luego tildarlos con señalamientos de ineptitud entorpeciendo la carga de su desempeño y sin que se interesen en el mejoramiento de su estatus. A cambio abundan en discursos y requerimientos exigiendo mucho con pocos resultados. "Hace falta que se trabaje más y se critique menos, que prometan menos y resuelvan más"

Va, en buena hora, para todos ustedes, mis excolegas, mi familia Ideriana, mis héroes, mi aplauso y mi voto por su compromiso para con la sociedad fosqueña, en reconocimiento merecido.

Saludos de mente, corazón, intención, respeto y aprecio para todos ustedes y así,"al terminar el día y entrar la noche sabrán porqué su cielo se va poblando de estrellas"

Fabio Vargas Ospina.


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SALUDO
Por: Profesora Esperanza Lizcano
18 agosto 2012

Quiero en  primer lugar ofrecer un afectuoso saludo a toda la gran familia Ideriana, en segundo lugar  agradecer la invitación a  este  gran festejo,  que con mucho orgullo y satisfacción celebran hoy; lamentablemente algunos motivos me impidieron  acompañarlos, pero de todo corazón me uno espiritualmente  y  los felicito;  cumplir 30 años de trayectoria significan de una u otra forma haber permanecido en el tiempo, haber enfrentado desafíos, obstáculos y haberse hecho fuerte frente a  la adversidad,  este proceso le  ha permitido   generar  y crear espacios  de conocimiento que han contribuido  a  satisfacer la demanda actual y han  ayudado no solo al desarrollo personal sino social y familiar,  comprometiéndose permanentemente en la formación en valores.


Cumplir años significa también recordar, agradecer y  reconocer  el trabajo de muchas personas, por eso  hoy que  se encuentra reunida toda la familia ideriana es importante enaltecer la labor de todos los empleados de la Institución,  profesionales  idóneos, responsables y comprometidos con su labor;  los estudiantes que con su creatividad, energía y sueños se constituyen en el objetivo principal de esta institución; las familias que han contribuido a un trabajo conjunto por alcanzar buenos logros, a los ex-alumnos que con su ejemplo de buenos  profesionales dejan en alto el nombre la institución y a cada uno de Ustedes los que se encuentran celebrando hoy  los treinta años porque de alguna manera los unen sentimientos hacia el colegio.


Agradezco a Dios por haberme dado la oportunidad de trabajar en el IDER porque fue parte importante en mi crecimiento como persona y como profesional, también porque pude disfrutar de muy buenos momentos y conocer gente muy valiosa,  siempre, siempre los guardaré en mi corazón, así que desde acá hoy reciban un abrazo grande de felicitación y que esta Institución siga creciendo  y contribuyendo al desarrollo del municipio.
Muchas bendiciones y Salud, por favor uno a mi nombre,  muchas gracias.
Esperanza Lizcano